domingo, 8 de abril de 2012

Mi religión

Ya no más dogmas ni certezas ni preceptos oxidados. Hace rato ya que vago a bordo de una nave sin timón y sin destino. Sólo un impulso la guía, el de la libertad que me traspasa, que me desborda y me hace sentir pleno, completo, inmenso, infinito. Estoy atravesado por un dios que es energía vital y equilibrio a partir del caos. Soy dios y diseño cómo será mi mundo. Lo voy creando a cada paso. Soy dios y estoy hecho del universo y como todo lo abarco no tengo principio ni fin. En cada rincón me rindo culto y me elevo en el deleite celestial cada vez que contemplo todas mis obras. Están siendo creadas por mí al entrar en mis ojos, en mis oídos, a través de mi tacto. Son mías, yo las hice con estas armas divinas que me permiten recibir información y resignificarla. No son ya del exterior, no hay más exterior. Todo lo que percibo es mío, es capturado en esta caja inmensa que almacena cientos de miles de datos sensoriales. Todo lo que siento, soy yo.
Soy esencialmente bueno, entonces en mi reino no hay mal.  La muerte no es un castigo, ni un final abrupto y sin sentido, es la culminación de un proyecto y a la vez, la continuidad eterna. En mis santuarios están prohibidos el miedo y la culpa, pues por ellos se renuncia al camino que conduce a la emancipación que es la sagrada luz que exalta todas las virtudes y da sentido a la aventura.
Soy dios en tierra de dioses, que celebran la dicha de la vida divina que comparten y en liturgia sagrada se congregan acompañados por elíxires e inciensos. Se unen en torno al altar y entran en éxtasis cuando se producen epifanías musicales, pictóricas, literarias, teatrales… O cuando admiran la belleza de alguna puesta del sol en el horizonte sobre el río, de alguna supernova dando colores al frío espacio, de organismos extravagantes que jamás antes han sido vistos, de dos cuerpos desnudos que se aman, del milagro de la amistad, del conocer, de la duda, del error, de la pregunta, de las sensaciones, del placer, del fuego y también del devenir, del presente, de la particularidad, de la diversidad, de las múltiples verdades. Todas fuentes divinas. Todo dios.
Soy dios y yo soy todos. Me abrazo y los abrazo. Soy feliz y hago feliz al mundo. Soy dios y voy navegando por los mares de mí mismo.

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