domingo, 29 de abril de 2012

Acecho


El tiempo se adormece y se retarda
El espacio se concentra y se dilata
Las sensaciones se estiran, se potencian
Los pensamientos se bifurcan, se desmadran
La noche extiende violenta su frío manto
Entre la creación y el espanto
Entre el sujeto tibio y la firmeza fiera del escarmiento santo
Entre la purga suave y el desencanto
Entre la espera sombría contra la ardiente paciencia
Entre la calma densa contra la cruel urgencia
Entre el axioma profundo contra la ambivalencia
Entre lo espeso del ser contra todas las ausencias

sábado, 21 de abril de 2012

Nada


La noche avanzaba lenta acompañando mi andar tosco. Yo vagaba buscando. Buscando sin saber qué. Y así, me encontré una puerta. Me sedujo la ilusión de hallar algo valioso en su interior. La abrí con cautela y entré… pero, ¿qué había adentro? Nada. O en todo caso, sólo había aire. Aire y nada más. O a lo sumo, un holograma. Una imagen falsa. Un fantasma. Algún destello virtual vacío. Nada más. Alguna voz creí escuchar pero habrá sido sólo en mi cabeza. Después, silencio y más silencio. Sólo el sonido de mis pasos. Nada. Recorrí el espacio desierto, aguardé por si aparecía algo. Pero nada. Entonces, decidí salir. Cerré la puerta y seguí mi camino. Lleno de nada.

sábado, 14 de abril de 2012

A ras del suelo


La vertiginosidad de la semana entre el estudio urgente, el trabajo acelerado, rutinas agobiantes, agendas apretadas, cansancio acumulado, sueño atrasado… ¡Uf! ¡Cuesta desconectarse! Pero cuando uno logra hacerlo o cuando actúa algún factor externo, quizá ajeno a aquella lógica alienante, la vida adquiere otro sentido. Mejor dicho, ahí es cuando se suele descubrir que la-vida-tiene-sentido. Afortunadamente esos factores abundan. Sólo hay que tener la predisposición para dejarlos actuar en su fina y laboriosa tarea de desconexión matricial.
En este caso en particular me refiero a unos seres enanos que, por un tiempo al menos, pertenecen a otro mundo y que para nada comprenden las rígidas reglas del sistema y por eso las desafían a cada paso. Muchas veces exponiéndose a peligros, es cierto, pero con una inocencia y una espontaneidad que nos provocan admirarnos de sus ocurrencias. Nos recuerdan (pero con una dulce bofetada) que usualmente nos convertimos en fríos artefactos productores y compradores de mercancías y nos perdemos una sucesión constante de hechos fantásticos que pisoteamos a diario, que ignoramos, que despreciamos.
Mis sobrinos son el agente causal de esta reflexión y una hermosa fuente inspiradora para la vida de cualquiera. Cómo carga uno energías revolcándose en el pasto con ellos. Cómo se disfruta verlos reír. ¡Ay, si uno se podría desprender de tanta mierda artificial! Pero nuestra parte más gélida nos exige compostura, por eso uno se levanta y sonriendo los mira pero ya desde arriba. Bernardo, el más grande, retoza como un gamo por la pradera emitiendo sonidos de rayos láser (o de vaya a saber qué) llevándose todo lo que encuentre por delante. Ignacio hace poco que comenzó la aventura de sostenerse en dos piernas, entonces cada tanto va a los tumbos marchando y descubriendo cosas realmente extraordinarias como hojitas de diferentes colores, animalitos pequeñísimos que se ocultan en el pasto, piedritas de todas las formas y tamaños... ¡Qué prodigios!
Y no es que ellos tengan una extraña percepción que les permita la conexión (desconectada) con ese mundo de sorpresas. Si uno se acerca al suelo seguro conseguirá deslumbrarse casi tanto como ellos, diablitos inquietos, que nos enseñan que la naturaleza es más que suficiente fuente de juegos. ¿No era entretenido acaso revisar cada rincón del jardín buscando cosas nuevas que provocaban asombro y desencadenaban misterio cuando éramos nosotros esos enanos? Quizá el hecho de ir alejándonos del suelo (crecer) sea lo que nos transforma verdaderamente en tontos, antipáticos, calculadores, egoístas y ese triste seguir subiendo sea sólo para alguna vez bajar, allá al final de todo, cuando ya nada valga nada.

domingo, 8 de abril de 2012

Mi religión

Ya no más dogmas ni certezas ni preceptos oxidados. Hace rato ya que vago a bordo de una nave sin timón y sin destino. Sólo un impulso la guía, el de la libertad que me traspasa, que me desborda y me hace sentir pleno, completo, inmenso, infinito. Estoy atravesado por un dios que es energía vital y equilibrio a partir del caos. Soy dios y diseño cómo será mi mundo. Lo voy creando a cada paso. Soy dios y estoy hecho del universo y como todo lo abarco no tengo principio ni fin. En cada rincón me rindo culto y me elevo en el deleite celestial cada vez que contemplo todas mis obras. Están siendo creadas por mí al entrar en mis ojos, en mis oídos, a través de mi tacto. Son mías, yo las hice con estas armas divinas que me permiten recibir información y resignificarla. No son ya del exterior, no hay más exterior. Todo lo que percibo es mío, es capturado en esta caja inmensa que almacena cientos de miles de datos sensoriales. Todo lo que siento, soy yo.
Soy esencialmente bueno, entonces en mi reino no hay mal.  La muerte no es un castigo, ni un final abrupto y sin sentido, es la culminación de un proyecto y a la vez, la continuidad eterna. En mis santuarios están prohibidos el miedo y la culpa, pues por ellos se renuncia al camino que conduce a la emancipación que es la sagrada luz que exalta todas las virtudes y da sentido a la aventura.
Soy dios en tierra de dioses, que celebran la dicha de la vida divina que comparten y en liturgia sagrada se congregan acompañados por elíxires e inciensos. Se unen en torno al altar y entran en éxtasis cuando se producen epifanías musicales, pictóricas, literarias, teatrales… O cuando admiran la belleza de alguna puesta del sol en el horizonte sobre el río, de alguna supernova dando colores al frío espacio, de organismos extravagantes que jamás antes han sido vistos, de dos cuerpos desnudos que se aman, del milagro de la amistad, del conocer, de la duda, del error, de la pregunta, de las sensaciones, del placer, del fuego y también del devenir, del presente, de la particularidad, de la diversidad, de las múltiples verdades. Todas fuentes divinas. Todo dios.
Soy dios y yo soy todos. Me abrazo y los abrazo. Soy feliz y hago feliz al mundo. Soy dios y voy navegando por los mares de mí mismo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Bajo Cuerda


Dormido extiendo mi brazo
Sin querer rozo tu fría piel desnuda
No resisto la tentación y furtivamente
Recorro tu cuerpo tieso tramo a tramo
Con algún gemido respondes
Me invitas a rodearte con los brazos
En la sombra se vislumbra tu contorno
Extasiado te contemplo pero mis párpados ceden
Te evoco en sueños con una sola certeza:
En la mañana serás mi amable compañía
Tu sonido armonizará mi áspero canto.