domingo, 26 de junio de 2011

Soñarte

Yo no buscaba nada. Contemplarte me bastaba. Ésa era mi obsesión. Pero empecé a soñarte y ahora soñarte es mi obsesión. Cada sueño es un encuentro en mi mundo lleno de más sueños en el que ambos estamos tomados de la mano en perpetua vigilia. No hay más movimiento que miradas, suspiros, sonrisas, sangre que corre, corazones que se aceleran... No hay más que dos entidades que se desean y su deseo se satisface en más miradas. Son como niños y sueñan dentro de sueños y se pierden en infinidad de sensaciones. Se pierden y se encuentran porque se sueñan y vuelven a tomarse con fuerza y el mundo alrededor colapsa. Se siguen mirando y cómplices se lanzan a volar en torbellinos de cosquillas y estallan en carcajadas. Se lanzan luego al vacío y su humanidad se estremece. Se inundan sus cuerpos de vigor y se sienten inmensos y surcan cielos de estrellas a velocidades siderales y viajan por laberintos de asteroides. De repente son atraídos por fuerzas gravitatorias que los arrojan a un planeta extraño. Se sumergen después en mares de escalofríos y gritan y cantan y una catarata de risas los arrastra con violencia, los empuja a la deriva, los sacude, los marea… y luego se detiene y los expulsa a la costa donde sus miradas se hacen más profundas y se sienten eternos. Todo termina en un inocente beso que propicia nuevos viajes, delirios, risas. Se auguran más aventuras y se tiran de cara al cielo extasiados de la maravilla de afrontar lo desconocido en un mundo de misterios donde sus sueños los guían.

No hay comentarios: