Pasar las vidas ajenas, diluidas en lo abstracto
Te erigís testigo ciego de esa frágil aventura
Te consagrás esa tarde: espectador estupefacto
De aquellos seres pequeños que alegres viajan
Algunos que van despacio, trazan espacios
Otros que se deslizan, retienen tiempos que paralizan
Y vos, impávido espectro, de la soledad hermano
Inmóvil, aletargado, sostenido de la espera
Masticando las palabras con el brillo de los necios
Con errática estrategia para ganar esa guerra
Habrás de perder tus huestes a caro precio
Así abrazarás la muerte en los brazos de la nada
Sin sentir dulce desgarro de algún puñal al costado
Sin apropiarte del sueño del algún lejano mirar
Sin asumir tu papel protagónico en el acto